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Celac del presente al futuro

- 10/05/2025 23:00
La época de cambios en la que está inmersa esta generación en su marcha acelerada hacia un cambio de época irreversible, toma a América Latina en una situación en la que sus engranajes de integración económica están desengrasados y hay que atender el problema.
Hay una desconexión coyuntural entre países provocada por gobiernos con tendencias políticas encontradas que atenta contra todo lo que debe hacer la región para no ser demolida por esos cambios en lugar de beneficiada.
Los mecanismos de integración están intactos, pero no funcionarán como corresponde si las partes que los componen no buscan un acercamiento operativo y pragmático en la diversidad, que en estos momentos es amplia y sin preponderancias absolutas.
Dentro de unas horas en Beijing se abrirá una oportunidad invaluable para realizar los movimientos imprescindibles de piezas sobre el tablero en acuerdo con lo que la vida está marcando por actitudes hostiles como una política exterior criticable de la Casa Blanca en relación con sus pares, y un intento de subvertir el orden comercial y financiero pero sin perfiles definidos, sino más bien como una ruptura nuevamente de los factores de equilibrio y negociación.
En esa coyuntura, el IV Foro China-Celac del 13 de mayo, reunirá en la capital del gigante asiático a líderes de América Latina y el Caribe para seguir debatiendo temas urgentes que no pueden aplazarse ante las agresiones de que es objeto por parte de Estados Unidos el sistema de cooperación universal que mira hacia el futuro.
Celac es un organismo idóneo para impulsar en medio de la tormenta desatada por la fracasada guerra comercial de Donald Trump los procesos de cooperación en curso entre China con nuestra región, en primer lugar el multicontinental BRICS que celebrará su cumbre este mismo año, de tanta importancia para Latinoamérica y el Caribe.
Celac se convierte así en una plataforma de diálogo, de cooperación, intercambio y negociación equilibrada en la que las tendencias de militancias específicas deben dar paso a un pragmatismo regional que excluya a la colaboración y el entendimiento de diferencias y rencillas.
Por supuesto que esta reunión con China, que por suerte se ha sistematizado, es más específica que las de la comunidad propiamente dicha, y aborda aspectos concretos de la actividad china en su relación de colaboración.
En ese sentido se tratarán puntos específicos como el ya anunciado de la relación de América Latina y el Caribe con el proyecto de desarrollo global en ejecución como la Franja y la Ruta, y la participación en él de esta región.
Estará presente en los primeros espacios del debate, según la agenda, el tema del comercio de minerales y el interés de China de que esta parte del planeta esté entre sus suministradores de lo que los especialistas denominan minerales de transición porque son los que marcan el paso hacia nueva tecnologías que están siendo ampliamente lideradas por los chinos.
México, Bolivia, Argentina y Chile, por ahora los países con mayores yacimientos de litio en el continente, seguramente plantearán en el foro sus intereses de desarrollar un mineral que ya se está haciendo imprescindible en la industria automotriz y en la generación de energía de fuentes alternativas que requieran equipos de almacenamiento energético, como los diversos tipos de batería.
También se valoraran las posibilidades de participación china en la producción y procesamiento de otros materiales estratégicos como el niobio en el que Brasil es una gran potencia, o el cobre que, aunque de vieja data, es también considerado un mineral de transición, y son muchos los países latinoamericanos que lo tienen.
Pero la gama de puntos a tratar es muy amplia, y se incluyen en ellos los relacionados con el medio ambiente y los procesos tecnológicos que lo afectan y que, sin embargo, tienen que mantenerse activos. Así que se tratará la forma de enfrentar esa contradicción, y para gestionarla con eficiencia será necesario contar con el financiamiento adecuado a fin de garantizar el flujo de las cadenas de valores.
Por supuesto que la guerra arancelaria de Donald Trump estará muy presente en el debate aunque ya se dé por fracasada, pues no es posible admitir que en este momento crucial del cambio tecnológico y de las relaciones globales de producción se den reacciones que marchen en sentido contrario al avance al futuro del mundo.
Guerras arancelarias o económicas como la intentada por Trump y los multimillonarios que han asaltado la institucionalidad democrática de Estados Unidos, no pueden obstaculizar la marcha a la colaboración en contra de la confrontación, y ese será un punto clave del encuentro.
Todo esto, por supuesto, dentro de la nueva proyección de China de eliminar del comercio con sus socios el dólar, y crear en su lugar alternativas de un comercio más directo y en monedas nacionales, u otro tipo de unidad de medida para la compra-venta que no corra peligros de interferencias.